Son numerosos los artículos y estudios que defienden la ausencia de pantallas para niños menores de dos años, lo cual se recomienda para su vida diaria en casa pero también en su vida escolar.
Un niño de dos años no necesita pantallas para aprender, no es cierto que los niños aprendan más a través de la utilización de tablets o de pantallas digitales interactivas, los niños, y especialmente en edades tan tempranas aprenden a través de su experiencia con lo real, a través de una persona sensible a sus necesidades y a través de las relaciones interpersonales.
En el artículo adjunto, Celine Hameury nos explica como los niños aprenden a través de experiencia sensoriales concretas que no solamente les permiten comprender el mundo, sino también comprenderse a si mismos.
«Todo lo que los niños tocan, huelen, oyen, ven y sienten deja una huella en su mente y en su alma, a través de la construcción de su memoria biográfica que pasa a formar parte de su sentido de identidad. En definitiva, los niños aprenden en contacto con la realidad, no con un bombardeo de estímulos tecnológicos perfectamente diseñados. Tocar la tierra húmeda o mordisquear una fruta deja una huella en ellos que ninguna tecnología puede igualar»
No convirtamos el uso de la tablets y pantallas digitales interactivas en la escuela en las nuevas «fichas» del futuro
Artíulo de Celine Hameury
https://elpais.com/elpais/2017/07/16/mamas_papas/1500184427_052226.html?fbclid=IwAR0S0czpJiT03gCBHK8stjX2u3otgB2HwXaMFt8mZJzdXPo24W7eAoS8zWY
Imagen del libro «Ser niños acompañados» de Laura Estremera